Por Miguel Ángel Ortega
El Gobierno de la Comunidad de Madrid está estudiando las alegaciones presentadas a su nueva propuesta de Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) de la Sierra de Guadarrama. La aprobación del PORN es un requisito imprescindible para que se pueda declarar parque nacional una parte del territorio ordenado por dicho Plan. La propuesta ha levantado aún más polémica que la versión anterior, ya que recorta superficie y niveles de protección.
Asociaciones y grupos políticos de la oposición llevan tiempo reclamando al Gobierno regional un Plan de Estrategia Territorial para toda la Comunidad de Madrid, que permita establecer un debate sobre el modelo territorial. El resultado, determinado en cualquier caso por la mayoría absoluta del PP, sería un documento que trazara, para gusto de unos y disgusto de otros, unas directrices que permitieran ordenar el territorio: saber si hay que crecer y, en caso afirmativo, cuánto hay que crecer, dónde hay que crecer y cómo hay que crecer. A estas variables muchos añadiríamos la necesidad de valorar en términos económicos los servicios ambientales que proporcionan las zonas naturales de la región, tales como protección de la biodiversidad y de la calidad del aire, el suelo y el agua, así como la provisión de espacios para el ocio y aportación de equilibrio psicológico a la población de la región. Una parte de este valor debería revertir a las poblaciones ubicadas en las áreas protegidas, en forma de inversiones para equipamientos sociales y para la creación de puestos de trabajo vinculados a la mejora y mantenimiento de los ecosistemas y a la promoción de productos y servicios compatibles con la protección del medio ambiente. Llevamos 14 años de gobierno del PP en la Comunidad de Madrid y, a pesar de que en 1995 se promulgó una Ley que exigía la elaboración de ese Plan de Estrategia, a fecha de hoy aún no existe.
Desde entonces, en Madrid el urbanismo se hace dejando que los municipios determinen sus necesidades de crecimiento. Y, como todos sabemos, los ayuntamientos quieren crecer mucho para así hacer caja. A menudo el Gobierno regional, responsable último de la aprobación de planes urbanísticos, recorta un poco las pretensiones municipales, pero lo esencial sale adelante. Así resultan unas elevadas proyecciones de crecimiento poblacional que llevan a justificar la construcción de nuevas carreteras o ampliación de las existentes. Las consecuencias de este modelo son gravísimas, por su alto coste ambiental, por el despilfarro económico que supone y por las desigualdades sociales que genera, pues las expectativas de revalorización de los suelos adyacentes a las zonas urbanas o urbanizables y a las vías de comunicación terminan provocando el aumento del precio del suelo y, por tanto, del de la vivienda. En este contexto, el PORN de la Sierra de Guadarrama es uno de los escasos documentos que ponen negro sobre blanco el modelo por el que apuesta el actual Gobierno regional y permite, por tanto, generar ese debate que tanto echamos muchos en falta.
Básicamente, el documento plantea crear un miniparque nacional, que abarca las cumbres, y crear unas zonas colchón que servirían de protección al propio parque nacional. Las principales críticas que se pueden hacer desde mi punto de vista, en lo que al control urbanístico se refiere, son las siguientes:
– La mayor parte del ámbito abarcado por el PORN y, sobretodo, el área que propone como parque nacional se encuentra ya amparada por figuras de protección tales como Parque Regional, Parque Natural, Paraje Pintoresco, Monumento Natural, ZEPA, LIC, Monte de Utilidad Pública, Monte Protector o Monte Preservado.
– En ciertos aspectos y zonas el PORN rebaja de hecho la protección que actualmente disfrutan, al menos sobre el papel, ciertos territorios del ámbito ordenado.
– La propuesta del Gobierno regional deja fuera valiosos espacios naturales del piedemonte serrano, precisamente el área que, por razón de clima, accesibilidad y paisaje, es más jugosa para los intereses urbanísticos.
– No permite la creación de corredores ecológicos. Queda una bolsa enorme de territorio entre la Sierra y el Monte de Viñuelas al albur del ladrillo. Tampoco conecta con la Zona de Protección para las Aves de los encinares de los ríos Alberche y Cofio. La Sierra Norte queda sin protección alguna. En realidad, lo deseable habría sido, ya que no se quiere hacer un PORN para toda la Comunidad de Madrid, realizar uno para el Sistema Central y su entorno en esta Comunidad.
– Se promueve la unión de las estaciones de esquí de Navacerrada y Valdesquí.
– Aproximadamente una cuarta parte de las cien mil hectáreas reguladas por el Plan son Zonas de Transición. En ellas se facilita la urbanización del territorio.
Por tanto, sólo cabe llegar a la conclusión de que el Gobierno de Esperanza Aguirre quiere distraer a la opinión pública madrileña con la propuesta de parque nacional, sin aumentar de hecho la protección efectiva del territorio, para así desviar la atención del auténtico objetivo subyacente, que es el de amparar jurídicamente los usos insostenibles en las Zonas de Transición, mucho más interesantes para el negocio urbanístico, y permitir la construcción de viviendas aisladas en zonas donde hasta ahora está prohibido (aunque se permite, haciendo una interpretación interesada de la normativa vigente).
En lo relativo a la gestión del medio natural, el PORN tiene, en mi opinión, muchas lagunas, que se resumen en una insuficiente atención a la biodiversidad. Lo que no es una laguna, pero sí un despropósito es que, para evitar posibles daños económicos a la agricultura y a la ganadería, se abre la puerta a la caza de especies protegidas por los cazadores locales, incluso dentro del parque nacional. Si en un parque nacional y en su zona de protección se permite esto, apaga y vámonos. ¿No sería más lógico establecer un sistema de indemnizaciones y evitar así la caza? Y, en último caso, para evitar sospechas, si hay que cazar algún ejemplar de especies protegidas, que no sean los cazadores locales, sino personal especializado (agentes forestales), y que haya unos criterios claros para determinar cuándo procede actuar así. El PORN no ofrece ninguno.
Por último, el Gobierno regional sólo propone una dotación económica de seis millones de euros anuales para inversiones relacionadas con el desarrollo sostenible. A todas luces es una cantidad insuficiente. Aunque cierto es que, a la vista de la trayectoria de este Gobierno en esta materia, quizá sea mejor que no amplíen esa cantidad, porque a saber en qué la podrían gastar.
A lo mejor el parque nacional no sale adelante, entre otros motivos, porque Castilla-León no tiene interés. Pero, realmente, si Esperanza Aguirre lleva a cabo su jugada, nos quedamos mucho peor de lo que estamos.