¿Será que Dios va a abortar en nosotros y nosotros en Él? (filosofía de andar por casa para matar ratos perdidos)
Supongamos que Dios no es un ser independiente, un venerable anciano que nos observa y juzga desde algún sitio, sino que es Todo lo que Es, incluido nosotros.

Si Dios es Todo, entonces Dios es caos, agresividad, crueldad y violencia, pero también es paz, amor, generosidad y serenidad.

Entonces, o la personalidad de Dios es contradictoria, o Dios tiene crisis de identidad.

¿No será que hemos idealizado a Dios, que nos hemos quedado con la parte buena que nosotros anhelamos y negamos la que no nos gusta?

Pobre Dios, no le comprendemos. En realidad Él podría no ser más que un adolescente desorientado, de fuerza descomunal, que nació con el Big Bang. O podría vivir preso de un eterno ciclo explosión – implosión (Big Bang – Big Crunch)

Probablemente, todo lo que para nosotros es malo, lo que para nosotros es Satán, no sea más que la resaca del Big Bang, el parto de Dios. Energía y, sobre todo, In-formación desordenada (leed a Ervin Laszlo). Satán sería también parte de Dios.

¿Y si Dios en realidad es, hoy por hoy, sólo un proyecto ideal, una semilla por germinar? La parte buena, sin Satán. ¿Sería esa la razón de que viva en nosotros la idea de Dios? En tal caso, Dios no habría nacido. Llevaría toda la eternidad intentando nacer.

Umm!! Sea lo que sea, tendría sentido que haya al menos un lugar, La Tierra, donde han aparecido cosas capaces de ordenar la energía in-formada, moldearla, darle forma de amor, paz, serenidad, generosidad.

No es necesario que diga quiénes creo que somos esas “cosas”. Nuestra misión sería ayudarle a alcanzar el equilibrio que lleva millones de años buscando, y así lo alcanzaríamos también nosotros mismos.

Así, las cosas podrían tomar otro rumbo. Dios podría madurar y prescindir de la crueldad que se observa en la/su naturaleza. Organizarse de otro modo.

Ordenemos entonces la in-formación. Sintonicemos más con el amor, con lo que tradicionalmente hemos llamado Dios, y menos con Satán, la parte “chunga”. ¿Cómo? Trabajando la conciencia.

Trabajar la conciencia es conocerse a uno mismo. Evitar ser títeres de la información que habita en nosotros en forma de karma, impulsos, emociones y fuerzas de todo tipo. Es elegir lo que queremos ser y trazar una ruta para conseguirlo. Es fluir y ser más felices, porque alcanzaremos más plenitud.

Esto ya lo comprendieron muchos hombres y mujeres a lo largo de nuestra historia, incluyendo practicantes de las religiones monoteístas. Es nuestro único camino.

¿Lo conseguiremos en una sociedad basada en la competencia en lugar de en la cooperación? Yo creo que no.

¿Será que Dios va a abortar en nosotros y nosotros en Él? Uy qué (ir)responsabilidad más gorda la nuestra!!!…

1 comments on “El aborto de Dios

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